viernes, 16 de enero de 2015

590.-Sentidas Reflexiones del compañero René Rodriguez a su paso por Lima coinsidente con Ramiro Valenzuela

Con todo agradecimiento y alegria por haber estado con Ustedes

Mis queridos y recordados promocionales-amigos-hermanos de la VIII CMFB:

Una vez más un día como el sábado 10 de enero de 2015 ha sido registrado de manera indeleble en mi alma y por muchos motivos. 

¡Es que mis compañeros del CMFB son personas excepcionales! No podía ser de otra manera pues años vitales de nuestra formación humana la pasamos juntos, incluidos sufrimientos, alegrías y el ingreso a un mundo hasta entonces nuevo para nosotros.

Las fotos enviadas por Luchito Cubas y su detallada y memoriosa crónica me obligan a expresarlas los motivos por los cuales el sábado pasado ha pasado a ser parte de mis recuerdos indelebles:
  • No más al llegar adentrarme y admirarme por esa bella y añosa casona que alberga nuestro Club Arequipa.
  • Verme nuevamente envuelto por la calorosa acogida de Luchito, Jorge “Catoice” Cornejo, Ciro Zamalloa y el Pollo Dunker.
  • Admirar la belleza de ese licor de los dioses en los brazos de Percy Gamarra como si se tratase de una medicina milagrosa como es el Pisco Peruano.
  • Reconocer al toque a Harry Castillo tan cumplido, observador y amigable como lo recuerdo de nuestra cuadra militar.
  • Sentir la presencia fuerte del futuro y a la vez past president de nuestro Club Arequipa el compañero de la banda del colegio el famoso Alejandro  Pino.
  • Ser llamado por Catoice para que me acerque al teléfono pues Diulio Ojeda quería saludarme ya que su misión episcopal de Monseñor no le permitía dejar las playas del sur con todo y sus feligresas todas desvestidas con sus bikinis monacales.
  • Recordar en ese instante la llamada de Héctor Banchero que el día anterior me hizo saltar de alegría.
  • Recibir de manos de Mario Neuenschwander una foto de la Banda de Guerra del CMFB en la que jóvenes adolescentes (él, yo, Mico Llanos, Héctor Banchero y otros) con casco militar , uniforme de campaña y polainas encabezamos el regreso de maniobras de los compañeros de 5t0, mostrando a golpe de cueros, metales y pasos marciales que esos jóvenes estábamos listos para defender a nuestra patria El Perú.
  • Y…finalmente,  ver entrar por la hermosa puerta tallada por manos de artistas de hace casi 200 años, al amigo, doctor, poeta y actor Ramiro Valenzuela Núñez del Prado. ¿Han pasado más de 54 años? ¿Miles de kilómetros hay entre Texas y Lima? En ambos casos la respuesta es sí; pero definitivamente las relaciones amicales con personas como Ramirito ni el tiempo ni la distancia hacen daño. Todo pasó como si hubiese sido ayer que nos vimos.
  • El adobo arequipeño, (demasiados años sin gozarlo), pan con llatan, chilcano, recuerdos, miradas de reojo a Mariano Melgar, a Mario Vargas Llosa, a Bustamante y Ribeiro (a sus cuadros en la pared), chistes, intercambio de ideas sobre amigos enfermos como el Chivito Aragón pero ya fuera de peligro y otro pagando en cárcel las culpas que cometió durante  un período político confuso, muy difícil de juzgar.
  • Las lágrimas de mi esposa y de las esposas de los compañeros no fueron reprimidas al escuchar los poemas recitados por el alma y con el corazón en la mano  por nuestro compañero Ramiro. Yo, forzado por esos prejuicios machistas de cholo arequipeño, casi inútilmente las reprimí. 
¿Comprenden hermanos de la VIII del CMFB por qué esa reunión del sábado no podré olvidarla y agradecérsela? Son muchas las razones.

René Rodriguez

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